21/7/10

Indígenas marginados

Mons. Alberto Campos, Obispo del Vicariato Apostólico de San José del Amazonas, publicó una Carta Pastoral, con fecha 18 de julio del 2010, donde señala sus preocupaciones y desafíos que tienen en su labor pastoral.
Mons. Campos enfatiza, que la labor socio-pastoral en la Selva peruana, se realiza en una difícil y conflictiva zona fronteriza, debido a la importancia que está tomando la Amazonía a nivel mundial por la diversidad biológica de sus ecosistemas y sus recursos naturales. A pesar de esta riqueza natural que existe en la Selva, subraya Mons. Campos, los habitantes viven todavía en una extrema pobreza, sin posibilidades de tener una vida digna.
Después de los hechos lamentables en Bagua, el pasado 05 de Junio de 2009, Él tenía la esperanza de realizar “puentes de diálogo, reconciliación y encuentro entre la sociedad peruana y la Amazonía; entre el Estado, las empresas y las comunidades amazónicas para trabajar juntos proyectos de desarrollo integral y sostenible que beneficiara a todos”. Pero, lamentablemente este deseo no se cumplió, porque no se ha querido favorecer la participación de las comunidades en estos proyectos macroeconómicos.
Además, le preocupa que en la actualidad “se continúen dando concesiones agrícolas, forestales, mineras o de hidrocarburos a diversas empresas; se sigan emitiendo leyes contrarias a los derechos de las comunidades amazónicas para favorecer la extracción ilimitada de los recursos naturales perjudicando la biodiversidad de la Selva; se sigan contaminando los ríos y cochas, como en el pasado mes de Junio que se derramaron 400 barriles de petróleo en el Río Marañón, cometiendo daños irreparables a los ríos, peces, personas y comunidades”.
A estos problemas, Mons. Campos denuncia que se está criminalizando la protesta social, se persigue a líderes indígenas contrarios a las concesiones, se pretende expulsar a algunos misioneros (como al Hno. Paul Mc Auley) por defender este patrimonio ecológico, informar a las comunidades acerca de sus derechos; que hay la conflictividad y el abandono que se vive en nuestras fronteras por las cuencas de los ríos Napo, Putumayo y Yavarí donde se están agudizando estos problemas socio-económicos, hay mayor presencia de comunidades indígenas y pocos misioneros, educadores, profesionales de salud y servidores públicos. En la Provincia de Ramón Castilla se ha incrementado la violencia con muertes por causa del narcotráfico y existe un ambiente de miedo e inseguridad.
Frente a estas situaciones dolorosas, en el Vicariato, elaboraron un nuevo Plan Pastoral destacando como líneas generales: la recuperación de las identidades indígenas y amazónicas, la formación integral y permanente, el cuidado de la Amazonía y la Justicia Social.
 

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